martes, 28 de junio de 2022


 

El secreto del poder de la Iglesia Primitiva…

no es ningún secreto.

Es la obediencia a un mandato, es una decisión… y un resultado:

EL PODER DE LA SANTIDAD

“Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.” 1 PE 1:14-16


Es muy importante hablar de la santidad, es fundamental en la vida del cristiano. Y como tal, ciertamente se habla mucho de este tema, pero es como del amor… mucho se ha hablado, por casi 2000 años y aún antes, en el AT… “amaos los unos a los otros…” y después de miles de años, parece que no hemos aprendido esa lección. Realmente no amamos, excepto a los que nos aman. Y a nosotros mismos, a veces en un sentido egoísta. Casi todos reconocemos que nos falta amor por Dios, y amor por el prójimo.

Así mismo es con la santidad, por mucho que se hable de santidad en la Iglesia y fuera de ella, aún nos falta mucha mas santidad. Hay personas consagradas, definitivamente, santas, separadas fielmente para Dios. Pero lamentablemente, siguen siendo muy pocas, y cada vez menos. O muy superficialmente. Esta es una de las primeras razones de la debilidad de la iglesia… y del cristiano en lo individual.

La santidad es un Atributo de Dios. Implica amor, perfección, justicia, pureza de intención. La santidad debe ser un atributo, una virtud de sus hijos, los cristianos. Cada padre engendra hijos conforme a su naturaleza. Así debe de ser. Si el tal es mentiroso, asesino, ladrón… sabremos de quien es hijo, por sus frutos. Si eres hijo de Dios, debes ser conforme a la naturaleza de Dios y manifestar sus frutos.

Santo

La palabra original es Kadosh (Hebreo), significa: Apartado, separado, dedicado distinto, especial, reservado, distinguido, diferente, puro. La pureza consiste en estar separado de toda contaminación, de todo pecado. Consagrado para Dios, consciente de vivir por y para Dios.

En el NT, griego hagios, significa separado, consagrado, puesto aparte. Santo es ser “sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante”. Ef 5:26-27.

Es fácil saber cómo ser santo, solo hay que imitar a Jesús. Solo piensa a cada paso de tu vida, antes de cada decisión: ¿Qué haría Jesús en este caso? Y has tal como concluyes que El haría (bíblicamente). Ya tenemos un modelo, una referencia. Esto facilita las cosas. Bueno, es fácil saber que tienes que hacer. Hacerlo… tal vez no sea tan fácil. Si fuera fácil, cualquiera sería santo. Sin embargo, reconociendo nuestra debilidad, nuestra falta de carácter, reconociendo con humildad que nuestro espíritu es pobre, que somos necesitados de Dios… ya es un avance. Porque entonces, entra en acción el Espíritu Santo, y Él nos ayuda a lograrlo, en el día a día.

En términos prácticos, ser santo es tratar de ser como Jesús. Hacer lo que Jesús hacía, hablar como Jesús hablaba. Con su carácter. Con la personalidad descrita en el Sermón del Monte.

¿Por qué ser santo?

1. Porque Dios ordena que el cristiano sea santo: Sed santos, porque yo soy santo.” 1 Pe 1:14-16. Jesucristo murió para hacernos santos. 2 Tes 2:13; Pe 1:2, Ef 5:25-27

2.- Porque Dios es santo, es necesario que nosotros también seamos santos. “Sin santidad nadie verá al Señor” Heb 12:14. El que verá a Dios, desde ya, es especial para El.

3.- Porque tenemos una misión, un propósito divino. “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” 1 Pedro 2:9

4.- Porque somos hijos de Dios. “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 1 Juan 3:9

5.  La prueba del amor a Dios, es la obediencia, la santidad: «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos» Juan 14:15. «El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama» (v. 21). «El que me ama, mi palabra guardará» (v. 23). «Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando» (v. 14).

6.- Porque conocemos y caminamos con Dios. «Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido” 1 Juan 3:6

7.  El Comportamiento santo constante es un testimonio de la gracia salvadora de Dios. Dios bendice el servicio de las personas que son santas. Ga 5:13, 1 Pe 1:22

8. “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” Mat 5:8

¿Por qué hay poder en la santidad?

Porque está apartado por Dios y para Dios, por tanto, Satanás no tiene poder sobre su vida. No lo puede atacar libremente como sí hace con otros, porque es un “protegido de Dios”, porque pertenece a Dios, es suyo. Por tanto, se le debe respetar

Un cristiano santificado sí puede ser atacado por Satanás, pero requiere permiso, ¡porque es de Cristo! No le pertenece.

Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?... Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.” Job 1:8,11. Dios le permitió a Satanás atacar a Job, le serviría de prueba, pero no le permitió atentar contra su vida. Dios puede permitir que los suyos sean atacados y probados, pero por encima de esto, les protege, conforme a sus propósitos. Casi siempre el cristiano en santidad saldrá victorioso.

La santidad manifiesta aquí un poder implícito, no que emane de la santidad del individuo, sino de la protección de Dios, por ser un apartado para El. Coloquialmente, algo así como por ser “Su protegido” o “Su protegida”.

Satanás usa las debilidades, los pecados de las personas, para de ahí sujetarles, atarles, atacarles y destruirles. Una persona que está en santidad, en obediencia plena, Satanás, sus demonios, no encontrarán asidero en él o ella, un “talón de Aquiles” para sujetarlo, tendrá que dejarlo en paz por el momento. La santidad tiene que ser permanente para que los ataques del Enemigo permanentemente no tengan poder en este creyente.

Al ser un cristiano obediente, adquiere Autoridad del Reino, respaldo del Rey. Es un emisario en la Tierra fiel al Rey. Por tanto, el Rey le respalda y le confiere poder, como hace un gobernante en la Tierra con sus embajadores o emisarios. Estos, van siendo conocidos por las huestes de maldad. Los enemigos de Dios y de los hombres, respetan a sus contrarios cuando son fuertes. La santidad, la fe, el amor, la oración la obediencia dan poder al creyente. Gana respeto y temor ante sus enemigos. Los demonios ante un cristiano en santidad retroceden.

En una liberación o lucha frontal contra demonios, el cristiano en santidad lleva las de ganar. Tiene autoridad del Reino para expulsar demonios. Ante un cristiano desobediente, con pecados visibles (para ellos al menos), es un pelele. Lo pueden atacar, hacer caer. Si por ejemplo este intenta una liberación, podría salir perdiendo y hasta humillado.

“El que es santo, santifíquese todavía. He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Ap 22:11-14. La santidad no es para salvación, ya es salvo por la fe en Jesucristo, pero la recompensa, será en base a la santidad, en base a las obras.

¿Y la Gracia de Dios?

Cierto, es para perdonar, para ayudar cuando el cristiano falla, entre otros propósitos. Pero el cristiano no puede abusar de esa Gracia, por ello se ha desarrollado la doctrina de la “Hiper Gracia”, por quienes argumentan que Dios es MUUY bueno y que por tanto no puede condenar a nadie. Se olvidan de otro atributo: Dios es Justo, Soberano.

¿Y El Espíritu Santo?

Es el Consejero, el Ayudador, Quien va junto con el creyente a cada paso. La Gran CO-misión, implica que el “CO” es “CON el Espíritu Santo”. Es menester tener comunión con Dios, a través de Su Santo Espíritu. Sin el poder del Espíritu Santo, el creyente, no puede ser santo. Es parte de la gracia de Dios, proveernos de lo que necesitamos, para cumplir su mandato. Este es el secreto del poder de los cristianos.

Dios respalda a los suyos. El es Fiel. Si tu eres fiel, El no se queda atrás, para nada. Va por delante. Es mucho más Fiel, y por tanto, te respalda con Su Poder. Su Poder, es tu poder.

Hoy debemos tomar una decisión: Vida suave, “light”, o vida consagrada a Dios, en todas nuestras áreas y lugares, no solo en la Iglesia o con los hermanos. Aquí, y ahora. Apartado de y para Cristo.

 

Victor Manuel García

Sembradores de La Buena Semilla


Para el estudiante y para el pastor/maestro


 

 

 

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