La
guerra de China contra los cristianos
Israel Newa 13 de agosto de 2021
En China hay una guerra. El cristianismo está siendo atacado. Como advierte Azeem Ibrahim, de Foreign Policy, el régimen chino tiene en el punto de mira a la religión más popular del mundo.
Hace tres años, el Vaticano firmó un acuerdo con el
Partido Comunista Chino (PCCh). Descrito en aquel momento como “el fruto de un
acercamiento gradual y recíproco”, el acuerdo pretendía dar a los religiosos
mayores libertades en China. Hoy, sin embargo, el “acercamiento recíproco” ha
sido sustituido por una hostilidad sin límites. “La represión de los
cristianos”, escribe Azeem, “sea cual sea su denominación, está en su punto más
alto desde la Revolución Cultural”.
Por supuesto, el desprecio absoluto del régimen
chino por la religión organizada ha sido visible durante décadas. Desde el
primer Plan Quinquenal de Mao Zedong, que se basaba en la creencia de que el
socialismo se convertiría en la ideología dominante en China, la religión ha
sido un tema tabú.
Sin embargo, en los últimos tiempos, la represión
de la religión, especialmente del cristianismo, ha sido especialmente brutal. Según Ibrahim, varios
miembros prominentes del clero han sido condenados a largas penas de prisión.
Sin otra opción, un gran número de cristianos “han recurrido a las iglesias clandestinas
en un intento de evitar el acoso policial”.
Según se informa, el PCCh tiene previsto poner en
marcha en un futuro próximo el sistema “Una persona, un expediente”, por lo que
los funcionarios del gobierno se dedican a archivar informes sobre los fieles.
Esta información se está utilizando para discriminar a las personas en el
sector laboral, escribe Ibrahim.
Además, en todo el país, los iconos de Jesús han sido sustituidos por retratos del actual líder del PCCh, Xi Jinping.
Esto no es necesariamente sorprendente, ya que el culto a Xi parece ser cada
vez más fuerte.
En China, un país en el que el sentido y la
esperanza están muy ausentes, decenas de millones de cristianos se ven
atacados. El mensaje del PCCh es claro: hay que rendir homenaje a una persona y
sólo a una persona. Ese hombre se llama Xi Jinping.
La religión
da esperanza
A los ojos del régimen chino, una religión como el cristianismo es una amenaza para el establecimiento. Como era de esperar, el régimen ha respondido al cristianismo de la misma manera que al Bitcoin. Las criptomonedas amenazan la legitimidad del yuan digital, y el cristianismo, al menos a los ojos de Pekín, amenaza la legitimidad del PCCh. Ambos deben ser desmantelados y finalmente destruidos. Esto es lo que ocurre cuando una nación está gobernada por déspotas. La esperanza es siempre sofocada. La libertad de elección desaparece.
La necesidad
de la religión
Los creyentes son más propensos a reunirse, entablar discusiones profundas y honestas, y muy posiblemente cuestionar la naturaleza misma de la existencia. En China, cuestionar la naturaleza de la existencia no está permitido, y por ello, los cristianos deben ser silenciados.
Via: The Epoch Times
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